Todos los niños utilizan el lenguaje para regular su conducta y ordenar su pensamiento. A continuación, veamos algunas fases del proceso que son necesarias para resolver una situación con eficacia:
.Observar;
.recoger toda la información;
.analizar la información;
.desechar la información innecesaria;
.trazar un plan de acción;
.tantear todas las posibilidades de respuesta;
.predecir las posibles consecuencias de cada respuesta;
.tomar una decisión;
.comprobar el resultado, felicitarse si ha sido positivo;
.preguntarse en qué momento se ha fallado;
.reanalizar la situación;
.reanalizar las posibilidades de respuesta, etc.
Al procesar de forma impulsiva reciben la información, en muchas ocasiones incompleta, responden intuitivamente sin reflexionar y se frustran cuando los resultados no son satisfactorios.
Para ayudar a frenar y organizar el pensamiento impulsivo, será necesario pedirles que verbalicen en voz alta sus pensamientos para después ayudarles a organizarlos siguiendo una serie de pasos llamadas
AUTOINSTRUCCIONES.
AUTOINSTRUCCIONES.
LAS AUTOINSTRUCCIONES SUPONEN UNA GUÍA para ayudar al niño a pensar de forma reflexiva sin saltarse ningún paso en el proceso. Estos pasos pueden ser aplicados a todo tipo de problemas:
PRIMER PASO: Debo saber ¿qué es lo que tengo que hacer?
SEGUNDO PASO: ¿Cómo lo voy a hacer? Estableceré un plan de acción.
TERCER PASO: Recordaré y diré en alto «tengo que estar muy atento y ver todas las posibilidades de respuesta».
CUARTO PASO: Daré la respuesta.
QUINTO PASO: Evaluaré el resultado y diré: Si es correcto: «Me ha salido bien!, estupendo soy genial!»
Si no es correcto: «Vaya!, ¿porqué me ha salido mal?» (para responder a esta pregunta deberé analizar en qué paso he fallado). «Ah!, ¿fue por eso?, bueno, ahora que lo sé la próxima vez me saldrá mejor! »
El quinto paso de las autoinstrucciones, el paso de la autoevaluación, tiene especial importancia dado que depende demasiado del refuerzo y de la aprobación de los adultos, suele frustrarse con mucha facilidad y no aprende de sus errores. Con este quinto paso, le enseñamos a felicitarse a sí mismos si el resultado es correcto y analizar el error cometido en busca de una nueva estrategia si el resultado es incorrecto. De este modo evitamos que aparezcan sentimientos de indefensión tales como: «ya está, ¿lo ves? , nunca me sale nada bien», «soy tonto» o «bah! esto no sirve para nada!».
Al acostumbrarlo a buscar el origen de sus fallos, le estamos proporcionando un arma que le permitirá enfrentarse en el futuro, y de forma más positiva y útil, a tareas semejantes.
Antes de realizar las autoinstrucciones sería conveniente realizar un primer paso que haría hincapié en que el niño centre su atención en el material sobre el que va a trabajar y podría formularse del siguiente modo: «Antes de hacer nada digo todo lo que veo»: Este paso le permitirá entrenarse para observar y analizar el material con el que van a trabajar. Tiene dificultad para pararse a observar el material que se le presenta tal y como lo harían los niños reflexivos (le echo un vistazo y luego veo qué debo hacer). Este primer paso «Antes de nada digo todo lo que veo» les permite frenar la impulsividad y observar detenidamente la tarea que posteriormente tendrán que comprender.
Vía Psic. Gerardo González Guadarrama
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