lunes, 19 de marzo de 2012

Cómo mejorar la comunicación y las relaciones con nuestros hijos

Hoy compartimos este interesante ejercicio para mejorar la comunicación y las relaciones, desarrollado por Stephan Kaiser.


Muchas veces, niños y adolescentes no tratan bien a otros, simplemente porque no han aprendido a comunicarse (y relacionarse) efectivamente.


Para mejorar su capacidad de comunicarse y relacionarse, he desarrollado un juego llamado “El Eco” (el cual aplico en mi programa de coaching para jóvenes). Seguramente el hijo sabe lo que es un eco acústico: un eco es simplemente el fenómeno acústico que se crea cuando gritamos algo y ese mensaje se nos devuelve. A veces sucede que estamos en un túnel o frente a una montaña, gritamos “¡Hola!” y el túnel o montaña nos devuelve ese “¡Hola!”


Pues bien, uno le explica al hijo que la relación con las personas funciona como un “eco”. ¿Cómo es eso? Pues que no importa lo que uno le “grite”, es decir, no importa cómo uno trate a otra persona, esa persona lo tratará a uno de la misma manera. Si uno a otra persona la trata con odio, la otra persona no lo va a tratar a uno con amor. Si uno trata a otra persona con desconfianza, la otra persona no lo va a tratar a uno con confianza. Al igual que con un eco acústico, así como nosotros tratemos a otros, ellos nos devolverán el mismo trato.


Ahora bien, en familia uno juega “El Eco” de la siguiente manera: cada persona agarra una hoja en blanco y pinta tres columnas. A la primera columna le ponemos el título “Nombre” y anotamos tres nombres de personas con las cuales queremos aplicar “El Eco” (por ejemplo: “papá”, “mamá” y “hermana”). La segunda columna la titulamos “Relación” y anotamos a la altura de cada nombre, qué tipo de relación queremos crear con esa persona (por ejemplo: “amor”, “confianza” y/o “diversión”). La tercera columna la titulamos “Dar” y anotamos lo que le vamos a dar a cada persona para crear esa relación deseada (por ejemplo: “ser más detallista”, “llamarla más a menudo”, “darle las gracias”, etc.). No existe una columna de “Recibir” ya que “El Eco” sólo funciona si uno es proactivo: la montaña no grita “¡Hola!” si uno antes no grita “¡Hola!”. De la misma manera, uno no puede esperar que las otras personas lo traten a uno de determinada forma, uno tiene que salir a “Dar” de manera proactiva para crear la comunicación (y relación) que uno desea.


Una vez que cada miembro de la familia tiene su tabla de “El Eco”, durante las próximas tres semanas, cada noche la familia se reúne por unos 5-10 minutos para que cada uno comparta en qué medida cumplió su lista de “Dar” de “El Eco” con cada persona. El resto de la familia complementa lo que cada uno va diciendo, resaltando acciones que cumplen “El Eco” que tal vez el integrante de la familia ni siquiera se dio cuenta que hizo e invitando a aprovechar más oportunidades para seguir cumpliendo “El Eco”.
Para más herramientas y/o información sobre coaching para jóvenes, visita: http://coachparajovenes.com

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