domingo, 1 de mayo de 2011

Psicología: ¿Existe la presión o nosotros la creamos?

La presión es un producto de nuestra imaginación donde proyectamos una situación imaginaria y temerosa del futuro que depende de un resultado. La presión conduce a una disminución de la capacidad de los recursos disponibles de memoria, los que a su vez tienen una influencia negativa en el rendimiento cognitivo.
Hay situaciones donde las preocupaciones por el resultado compiten y restan energía cerebral en la memoria a corto plazo. Si esta memoria se concentra en la ansiedad, en aquello que puede suceder relacionada a situaciones y experiencias dolorosas vividas en su historia personal o deportiva, esa presión, por no volver a repetir lo que no se tolera impide que la persona recaude toda la información necesaria y almacenada en el cerebro ante una tarea o evaluación difícil. Son situaciones donde la percepción recae en el compromiso del Yo. La excesiva presión también afecta la capacidad de la memoria para concentrarse ya que posee una influencia negativa en el rendimiento deportivo.
Nos debemos ocupar de la realidad, no de la fantasía. La fantasía es un producto de nuestra imaginación, así como las expectativas y la presión. A menudo poseemos una alta expectativa de juego que tratamos de cumplir, expectativas relacionadas también a la fantasía. Generalmente los jugadores piensan que lo más importante es ganar, subir la clasificación, subir en la posición de la división, obtener un premio, etc. Sin embargo, ése es el camino equivocado. Se centran en el resultado y no en el proceso.

Ganar nunca es seguro, la incertidumbre siempre está presente. Ella es la que desencadena la angustia. ¿Cómo podemos estar seguros de nuestra capacidad si dudamos de ella ante diversos y posibles resultados? ¿Somos o no somos buenos? Si no tenemos control sobre lo que queremos, el afuera triunfa sobre el adentro. Siempre hay un espacio entre lo que queremos hacer y lo que podemos lograr. Ahí es donde se introduce la preocupación, la duda. Para ello no debemos formar ninguna imagen acerca del resultado. Ante una situación de presión preguntate: ¿Por qué estoy magnificando esta situación? ¿Cuál es el peligro temido? ¿Que pierda, que hablen de mí, que no me consideren?
Tratá de concentrarte en lo que estás haciendo. Si es una jugada para ganar, simplemente es una jugada más, no pensés si es para ganar o perder. Si tenés un penal, un gol, un putt de golf para cerrar un partido, no te centres en ganar, concentráte en jugar, en el tiro. Muchos de nosotros no tenemos la disciplina mental necesaria para mantener nuestra atención durante un período prolongado. Nos distraemos con facilidad y el cerebro humano sólo tiene la capacidad de concentrarse en una única cosa la vez. Tu atención está focalizada en lo que tenés que hacer o está desviada del proceso de la acción.
¿Cómo podemos no pensar en la presión? La respuesta es sencilla, pensando en otra cosa. Si te centrás siempre en pensar en algo negativo, lo más probable es que pienses en ello aún más. Si te digo no pienses en la palabra VERDE, la única manera de dejar de pensar en el VERDE es pensando en el AZUL. Lo mismo sucede con tus pensamientos. Si siempre te evaluás con el posible fracaso, siempre estará ahí presente. Para ello aprendé a pensarte de manera positiva. Cuando te sentís seguro, las cosas salen solas ya que la concentración y la seguridad forman parte de tu juego y a medida que tus logros se van repitiendo te sentirás más seguro a realizar más intentos de dominio.


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